La Torre no cayó: solo se movió al centro del tablero en la UAZ

Por El Druida / Opinión

Desde la bruma del poder, El Druida revela lo que otros callan…

El humo se disipa en los pasillos de la Universidad Autónoma de Zacatecas, y como en toda buena partida de ajedrez político, las piezas se han reacomodado justo a tiempo. Hoy, sin mayor sobresalto, el Doctor Armando Flores de la Torre, operador silencioso y conocedor del arte de la presión universitaria, fue designado como Secretario General de la UAZ, en sustitución de Ángel Román Gutiérrez, quien ahora compite abiertamente por la Rectoría.

Flores no necesitó candidaturas ni campañas: jugó con la estrategia del desgaste, del bloqueo, de la insistencia, mientras otros se desgarraban por la legitimidad electoral. Lo suyo fue más sutil, más clásico: mostrar músculo sin dar golpes, mover hilos sin mostrarlos. Y cuando el momento fue propicio, cambió la bata de Coordinador del Área de Ciencias de la Salud por el traje de alto burócrata universitario.

¿Renunció a su aspiración a la Rectoría? Solo en el papel. Porque en la realidad, nunca se fue del tablero. Solo se reubicó en una casilla mejor posicionada, más cercana al poder real. Lo advertimos: detrás de las movilizaciones, los bloqueos del Campus Siglo XXI y las supuestas “demandas estudiantiles”, siempre estuvo su sombra. El que mueve la llama, raramente se quema.

Hoy, el Rector Rubén Ibarra oficializa lo que ya muchos intuían: el relevo no es ruptura, es continuidad maquillada. El Doctor Flores no llegó por méritos coyunturales, sino por resistencias pactadas. Premiado, no por unir, sino por dividir; no por construir puentes, sino por saber cerrarlos a conveniencia.

¿Debe preocuparnos este movimiento? Solo si aún creemos en una universidad libre de pactos de sombra. Solo si aún pensamos que las plazas de poder deben ganarse con ideas y no con grillas internas. Solo si soñamos con una UAZ sin feudos.

Porque mientras muchos miraban hacia la boleta electoral, El Druida ya veía cómo una Torre avanzaba sin ser detectada… hasta ocupar el centro del poder.