Acueducto Político / Por EL CELTA
La aguda crisis en la que ha entrado la administración de la Benemérita Escuela Normal Manuel Ávila Camacho, puede llevar a su actual director a enfrentar una gama de asuntos que lo pueden llevar no sólo a las ventanillas la Secretaría de la Función Pública y la Auditoría Superior del estado, sino también a enfrentar un juicio de carácter penal por la comisión del presunto delito de malversación de fondos.
En medio de la problemática en la interpretación de la reforma educativa, y en una etapa en la que las cifras del déficit educativo cercano a los dos mil 500 millones de pesos no logran ser cuadradas por las autoridades educativas estatales, se suma un conflicto que de ser administrativo, pasará a ser un problema político y legal, no sólo para el director Ramiro Torres Bañuelos, sino para otros funcionarios que aún sabiendo los distintos problemas no hicieron nada para atenderlos y resolverlos.
En este caso hay varios involucrados en el grave problema que ya no tiene solución inmediata en la principal escuela formadora de maestros. Unos porque se quieren cuidar de que los involucren en el conflicto y otros porque simplemente quieren dejar el problema a la administración estatal que está por llegar.
En el primer caso tenemos al jefe del departamento de educacion normal, Victor Manuel Yanez Torres, quien de ser una “cara nueva” y con perspectivas de crecimiento, al no atender con oportunidad el problema de la escuela normal, hoy se encuentra a nada de perder la enorme oportunidad que significó escalar a los primeros niveles de la educación en Zacatecas en el Gobierno de Alejandro Tello Cristerna. Su incapacidad para atender el conflicto lo puede dejar fuera de la próxima administración estatal.
Otro personaje que no atendió por indolencia y falta de sensibilidad política es Ubaldo Ávila Ávila, secretario de educación, quien más que atender este tipo de escenarios, su mente está más preocupada en cómo va a entregar la Secretaría de Educación, habida cuenta que los problemas financieros por los que atraviesa la dependencia, no son de su responsabilidad sino del director administrativo.
Sin embargo, hay que recordar que José Luis Santoyo, para ejercer cualquier recurso del sector, antes que consultar y tomar la opinición del titular de la dependencia, acudía a una céntrica calle de la capital y a los terrenos de la encantada para consultar con otros personajes que no tienen nada que ver con el sector educativo.
Lo más grave de todo, es que el joven muchacho, quien hoy no quiere entregar su dependencia, lo gritó en varias ocasiones que “no le debo lealtad al secretario, sino a quien me puso”, y quien lo puso, son los mismos que tomaron la decisión de hacer secretario general de gobierno a su tío, Jaime Santoyo Castro.
En medio de todo ello, la crisis que estalla en la administración de la Escuela Normal Manuel Ávila Camacho, es un grave problema que dejará muchas secuelas en el siguiente gobierno. La escuela formadora de maestros de Zacatecas se convirtió en una cueva de Ali Baba; y se afirma lo anterior por las denuncias que existen ante la Comisión Estatal de Derechos Humanos y en la procuraduría General de Justicia de la Zacatecas.
Acoso laboral, Malversación de fondos, falsificación de firmas en documentos oficiales, uso de recursos de la institución a favor del director y sus familiares, son las denuncias que ya se ventilan en contra de Ramiro Torres Bañuelos; pero lo más delicado, es que todo ha sido avalado y permitido por el profesor , responsable de las escuelas normales de la Secretaría de Educación, quien sabiendo y conociendo todos los antecedentes, decidió respaldar al propio Torres Bañuelos.
Más aún, Victor Manuel Yanez Torres tuvo en sus manos, antes que la CEDH y La Procuraduría General de Justicia, los documentos que prueban las malas acciones del director de la escuela Normal, pero no hizo nada y por el contrario, decidió no apoyar a los denunciantes y promover acciones contrarias a la Ley, avalando las malas acciones llevadas a cabo, entre otros, por Arturo Gutiérrez, subdirector administrativo, José Manuel Medellín, subdirector académico, y José Pilar Rosales Zapata, a quien se vincula sentimentalmente con personal que ha sido beneficiado sin tener derecho a ello.
Los graves problemas de atención de Víctor Yanez Torres a la problemática de la Normal, los están acorralando en el apretado calendario para la entrega de la administración pública estatal. La comisión de recepción de Alejandro Tello ya puso alerta en esa escuela, por todo lo que significa, y han expresado, que sin contemplación, si desde el secretario de educación, hasta los distintos funcionarios tienen problemas de carácter administrativo y merecen que se proceda por las distintas vías que la ley permite, no habrá ninguna negociación política.
Ya un diario local en Zacatecas dio a conocer documentos que certifican que los alumnos se incribian a la institución depositando una cantidad importante de recursos en una cuenta a nombre de Ramiro Torres Bañuelos y no en la cuenta institucional de la Normal, cuenta que por cierto permanece a nombre de David Adolfo Aguilar Dávila, ex director del plantel. Las cosas están difíciles y si no hay nada que ocultar, entonces que Ramiro Torres Bañuelos se haga a un lado y deje que las autoridades hagan su trabajo.