Acueducto Político / Por EL CELTA
El Gobierno que encabezará Alejandro Tello Cristerna se caracterizará, según sus palabras, por ser austero, transparente, y sencillo; sin ostentaciones y muy “ad-hoc” a la personalidad del propio mandatario y su familia.
Ese cambio en el modo de ser y de actuar, seguramente convertirá la función pública, en algo que debe honrar a quien la desempeñe, y no hacer de la misma una cueva de ladrones, en “donde todo se puede, con actos de corrupción”.
Los cambios tienen que ser de forma y fondo, y no sólo para el gobierno estatal; deben permear a todas las instancias y a todos los niveles. Desde los municipios, los organismos paraestatales, el poder judicial y especialmente el poder legislativo.
Especialmente en este último, donde los insultantes ingresos que reciben los diputados locales no corresponden a la realidad de la economía de los zacatecanos.
El reconocimiento que han hecho algunos diputados de que cada uno de los 30 legisladores locales recibe recursos por el orden de los 270 mil pesos mensuales, es un atentado a la moral, las buenas costumbres, y eso en cualquier parte del mundo se llama robo legalizado.
Ya que esa suma multiplicada por los 30 legisladores corresponde a una erogación mensual de ocho millones 100 mil pesos, y multiplicado por los 12 meses del año, son 97 millones, 720 mil pesos, sólo para que los señores diputados vivan como reyes.
En cambio su productividad deja mucho que desear y en consecuencia, su impacto político y legal en la sociedad zacatecana no es ni con mucho, lo que todos esperan de ellos.
De manera cínica y descarada tratan de justificar que los ingresos son legales, y que ellos no reciben todo ese dinero como salario o emolumentos en función del trabajo que desempeñan.
Por ejemplo, Héctor Pastor, quien aprendió a vivir del presupuesto público, pero nunca a trabajar, sostiene que el salario real de los diputados es de 70 mil pesos mensuales, tal y como aparece en la página de transparencia; los 200 mil pesos restantes corresponden a lo que reciben para el pago de sus asesores, personal de apoyo y las acciones de gestión que realizan los propios legisladores.
Sostiene que esa cantidad no se la quedan ellos y que la tienen que distribuir, especialmente entre sus asesores. No cabe la menor duda que los señores diputados o son muy tontos o piensan que los zacatecanos somos muy tontos, ya que requieren cantidades exorbitantes para el pago de asesores, es decir, de quien hace su trabajo, pero que en la realidad, si se analizan los tres años de productividad sale más caro el caldo que las albóndigas.
Resulta que un asesor de la cámara de diputados en Zacatecas, puede llegar a ganar, porcentualmente, más que el propio legislador, y en estricto sentido, gana más que cualquier otro asesor de la Cámara de Senadores, de Diputados del congreso de la Unión y que hasta algunos secretarios y directores de área. Cualquier zacatecano desea ser asesor de los diputados, finalmente no tienen ninguna responsabilidad y si muy buena paga.
Lo primero que deben hacer los diputados que llegan a la siguiente Legislatura, es emitir un decreto en el que se obliguen a disminuir los ingresos que por esos conceptos tienen, y en todo caso, transparentar que también ellos, están dispuestos a reducir sus ingresos nominales para dar confianza a la población.
Así y sólo así, podría haber confianza entre la gente de Zacatecas.
AMENAZA MORENA A TELLO SI EL TRIBUNAL NO RECONOCE TRIUNFO DE SOLEDAD LUEVANO
En otro orden de ideas, entre las acusaciones vertidas por los representantes de MORENA de que el gobierno federal está tratando de inclinar la decisión del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación a favor de que se repita la elección de la presidencia municipal de Zacatecas, el único que no ha intervenido es el gobernador electo, Alejandro Tello, quien ni siquiera ha emitido un sól comentario al respecto.
Quien de manera definitiva se ve como el hombre beneficiado, es Cuauhtémoc Calderón, quien espera con ansia que la decisión del tribunal, anule la participación de Soledad Luévano Cantú, para postularse como el candidato sustituto. Habrá que esperar.
Lo único claro que al respecto brinca, es que el principal perjudicado de todo este entramado es el propio Alejandro Tello Cristerna, quien por guardar las formas políticas con su antecesor, puede ser quien reciba los principales golpes políticos por que, muy al estilo del mandatario saliente, nunca asume ninguna responsabilidad siempre deja que otros, pongan el pecho a las balas.
Hay una seria amenaza de parte de MORENA, de que si la decisión de no darle el triunfo a Soledad Luévano, tampoco podrá tomar protesta como gobernador Alejandro Tello Cristerna, lo que podría significar una crisis política que estalle al final del sexenio alonsista, coronando con ello, la apatía política y la falta de sensibilidad que ha caracterizado al actual régimen gubernamental.
Si es cierto que han buscado cabildear a los magistrados electorales, los personeros de Miguel Alonso y Carlos Peña, también es cierto que el alcalde con licencia de la capital, hoy debe asumir su responsabilidad y defender la institucionalidad, más allá de la comprobación que se ha hecho en la cuenta pública del 2014, de que no es ni honesto, y mucho menos ha hablado con la verdad.
Horas de mucha incertidumbre y dificultad es lo que vemos en el escenario por venir.