¿En qué estaba pensando?


Por Yuriria Sierra

¿En qué pensaba Enrique Peña Nieto cuando envió la invitación a Donald Trump? No lo sé, pero quiero pensar que pensó que tras pensarlo dos segundos, Trump ni siquiera las gracias le daría. Tras meses y meses de campaña de atacarnos y denostarnos, la verdad es que se antojaba complicado que el republicano agarrara su maletita y viajara a nuestro país a encontrarse con un presidente que, aunque con tibieza y solamente en una ocasión, lo había comparado con Adolfo Hitler. “Al cabo que ni va venir”, pensó tal vez Peña Nieto.

Yo quiero pensar que eso pensó. Y que la aceptación lo tomó completamente por sorpresa. Pero a la luz de lo ocurrido ayer, la conferencia de prensa en la que se le dio trato de visita de Estado y mandatario, en la que el Presidente de México no hizo lo único que habría podido darle cierta dignidad a la recepción de nuestro peor enemigo político a nivel internacional en los últimos años (exigirle una disculpa para el pueblo mexicano), no me queda más que pensar que de plano no pensó. Nada. No pensó. Punto.

La visita de ayer sólo le puso la mesa a Trump para venir a dulcificar su insulto, pero no a dejar de insultarnos (“mi amor, ya te lo dije, sí estás un poquito pasada de peso”), y para la foto que lo mostrara ante sus votantes reales (los americanos blancos poco pensantes) como un hombre de Estado que hasta había conseguido el perdón, y por anticipado, de todo el pueblo mexicano. Por la noche, ayer mismo, gritando en Arizona ridiculizó a su anfitrión de unas horas antes (“¡esa pinche gorda todavía no lo sabe, pero ella va a pagar el 100% de mi comilona!”): Trump había relanzado su campaña en Los Pinos y en Phoenix ya se volvía a emborrachar con su propia verborrea del muro y las deportaciones.

La popularidad de EPN anda por los suelos (según lo vimos en las recientes encuestas de Reforma y de BGC-Excélsior). Tras ·el error de agosto” es altamente probable que llegue con mucho más elevados negativos que cualquier otro presidente a su cuarto informe de Gobierno.

EPN no ganó nada. Perdió, así sea un poquito de lo poquito que todavía le quedaba por perder. Trump ganó, sin duda, la foto. Pero tal vez una foto con Peña Nieto tampoco implique darle la vuelta a las encuestas y mucho menos a la elección.

Pero lo que posiblemente sea la gran derrota del 30 de agosto, sobre todo para México, sea el insulto que para Hillary Clinton (la puntera en las encuestas) represente ese encuentro entre Donald Trump y el presidente del país al que Trump no ha dejado de insultar. Y ella, que había sido aliada de México en esta contienda, expresó con claridad su veredicto anticipado en Twitter: “Reza un dicho mexicano ‘Dime con quien te llevas y te diré quién eres’. Y sabemos quién es Trump”…

Así que, tras “el error de agosto”, a EPN ya no tiene que preocuparle qué pasa si gana Donald Trump, sino qué pasará cuando gane Hillary Rodham Clinton.

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