
Por Alejandro Valencia Barrera | Opinión
Zacatecas, Zac; sábado.- La farsa prianista en la capital zacatecana no sólo se mantiene, sino que se transforma, para mal. En un burdo y guajiro sueño, Miguel Varela, quien jura estar al frente del ayuntamiento, ya se hace despachando en Palacio de Gobierno.
Las ínfulas del panista son tan grandes como la corrupción al interior de la presidencia municipal, sólo comparable con su afán de sacar dinero de hasta debajo de las piedras. Luego de años y años de ser nombrada Patrimonio Cultural, hoy Zacatecas está en su peor momento.
Los abusos y vacío de poder en la sede política día con día se deteriora, el trato brindado a la clase trabajadora es un total descaro. Despidos injustificados, venganzas y compromisos políticos, falta de tacto y conocimiento; es el pan diario que reparten los prianistas.
La capital zacatecana es un monstruo con muchos tentáculos, pero sin cabeza y menos corazón, Miguel Varela se ha encargado de destruir lo realizado por otros personajes. No sólo políticos, sino ciudadanos y más, y parece diafrutarlo; claro, metido en un vaso de güiski, se aleja de la realidad.
Recién, se apersonó en una reunión de históricos tricolores allá en el Pueblo Mágico de Jerez, para suplicar por ayuda en su loco intento de ser gobernante de todo Zacatecas. Antes de media hora fue despachado, no tienes un padrino de peso que nos asegure algo, dijeron al pequeño panista.
Soy el único que le puede decir sus cosas de frente al Gobernador, masculló el pequeñín que prefiere ir al cine con un amigo, comparsa, y paño de lágrimas; que plantarse frente al Mandatario zacatecano en una Plenaria Municipalista. Sí acompañante fue el actual dirigente azul en la entidad.
En resumidas cuentas, niño azul fue por lana y salió trasquilado, también a quién se le ocurre ir a pedir favores y dinero, a la necesidad y la envidia. Poco más y le piden pagar la cuenta de los ilustres tricolores, al salir el tal Miguel Varela del cónclave, las carcajadas no se hicieron esperar.
El ex alcalde de Tlaltenango va de tropiezo en tropiezo, su brazo derecho se ha dedicado a girar instrucciones cargadas de odio y rencor. Lo prometido en campaña quedó en el fondo de algún vaso llenito de pisto, Lupe Flores pasó de ser la consentida, a una empleada más, ella se conforma con la compañía de sus empleados del ayuntamiento.
Cada que el tal Miguel Varela se desaparece todo un fin de semana para empinar el codo, durante los días siguientes pasa la charola para recuperar lo invertido en sus amigos de ocasión. A todos les jura que “ora que sea gobernador le voy a dar trabajo a todos”. Como siempre, empeñando su palabra a sabiendas que no tiene valor, ni él y menos sus oraciones.
A punto está de quedarse con fincas, lotes, y predios abandonados en la cacapital zacatecana, los hará pasar como suyos, al menos es lo que planea. El saqueo en la presidencia municipal es ofensivo, él lo sabe y lo palomea, en todo lleva tajada, incluso en el cobro de piso a damas que venden productos varios en plazas y jardines.
Los azules lo han dejado sólo, su camino político se acaba a fin de año, pero antes va a sangrar a quien se deje. Dos cosas no tiene el tal Miguel Varela: 1. Opción alguna para contener por el gobierno de Zacatecas en 2017, y 2. Vergüenza…