Acueducto Político | Por EL CELTA
La aguda situación por la que está pasando el proceso de entrega-recepción del gobierno de Zacatecas, hace pensar que las cosas no están como dicen los actuales funcionarios; existen muchas lagunas y quizá datos que no son precisos que seguramente saldrán a la luz a partir del 13 de septiembre, pero que significan en este momento, un panorama de claroscuros que en nada le abonan a una transición ordenada y administrativamente sana.
Por ahora existen muchas dudas del equipo de recepción nombrado por Alejandro Tello, una que se han presentado algunos pequeños obstáculos en el camino, como las declaraciones del secretario de finanzas, que dice que la deuda pública es manejable y que alcanza los siete mil 400 millones de pesos, la más alta en la historia de la entidad; sin embargo, la respuesta del gobernador electo es que la deuda “si le quita el sueño”.
Por otro lado, las recientes declaraciones del secretario de administración, Fernando Soto Acosta evidencian la falta de coordinación no sólo entre el equipo que entrega, sino también con el equipo de recepción, ya que las cosas que señala, no corresponden con lo que en corto les ha expresado a los responsables de recibir el gobierno.
Hasta ahora ha existido respeto y paciencia por parte de la comisión de recepción, sin embargo, éstos comienzan a agotarse y quizá si no modifican sus actitudes, los funcionarios salientes estarán en problema de proporciones mayores.
El propio titular del poder ejecutivo, durante el fin de semana, fiel a su estilo, en una elegante reunión con su gabinete de trabajo, confirmó que “la entrega-recepción dee la administración estatal se está realizando con total orden y transparencia, para que sea registrada como la más limpia en la historia de Zacatecas”.
Por ejemplo, se destaca que en algunas dependencias ya se registró la entrega-recepción y se dice que en los plazos fijados se ha cumplido al cien por ciento, y resta que el próximo 11 de septiembre se realice la entrega simbólica del gobierno, porque en esa fecha todas las dependencias habrán realizado sus procesos.
Al menos eso dicen en el gobierno que termina sus responsabilidades.
Del lado del gobierno entrante, el discurso es muy diferente. En cierto sentido, algunos de los que forman parte de la comisión han expresado muy en privado que parece que están recibiendo un mundo fantástico, en donde no hay problemas, no existe desatención y mucho menos falta de responsabilidad. Parece que reciben un gobierno que ha resuelto todo, que no hereda ningún problema, que todas sus acciones se cumplen en tiempo y forma que Zacatecas no tiene un solo problema.
No se ha hablado a detalle de la deuda y de los compromisos a corto y mediano plazos con la banca, tampoco de los problemas de procuración de justicia; tampoco se han tocado a fondo los problemas de inseguridad; no existen datos concretos acerca de los recursos que se han regresado a la federación por inejercicio en áreas como el seguro popular, y mucho menos de las acciones llevadas a cabo para resolver el problema del déficit en el sector educativo.
Esto sólo por mencionar algunos temas.
Más allá de asumir la responsabilidad de todos esos conflictos por venir, el gobierno saliente, con su titular por delante, están preocupados en “presentar un resumen de logros y acciones importantes ante los ciudadanos y agradecer a los ciudadanos su respaldo en estos seis años”. Tal pareciera que todos los problemas de Zacatecas están resueltos.
Lo único que si queda claro, es que alguno de los dos equipos no está siendo honesto en este proceso de entrega-recepción. Alguno de los equipos no ha dicho la verdad. En síntesis alguno miente.
La comisión de recepción del gobierno de Alejandro Tello no ha hablado hasta ahora, han mantenido un secreto profesional del trabajo realizado, por lo tanto, no se puede decir que ellos no hayan dicho la verdad. Por lo que la entrega del gobierno, ha presentado una serie de claroscuros que seguramente se despejarán a partir del 13 de septiembre.
Mientras tanto, los funcionarios salientes, a unos días de terminar de su gestión, confirman lo que muchos zacatecanos han observado en los últimos seis años, que han vivido en un Zacatecas que no corresponde a la realidad.