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Por EL CELTA
La agenda política de Zacatecas está entrando en una etapa de definiciones, muchos son los llamados pero pocos son los escogidos, y en estos días se están tomando las grandes definiciones de la nueva clase política que gobernará Zacatecas en los siguientes años. Lo que es una garantía es que serán caras nuevas y perfiles novedosos.
Lo primero que tienen que entender, todos aquellos que serán dotados de una responsabilidad en el próximo gobierno, es que el tiempo no podrá ser su aliado, habrá poco, casi nada de tiempo, entre que se les tome la protesta de ley y que comiencen a dar resultados.
La expectativa que el propio gobernador electo ha colocado entre la sociedad es a todas luces muy alta, y por lo tanto, muy alta será también para quien decida asumir el reto de conducir los destinos de Zacatecas en las más importantes áreas de desarrollo para zacatecas.
No hay tiempo para la improvisación y el aprendizaje, más bien al contrario, deben ser zacatecanos y zacatecanas con altos niveles de capacidad, en la resolución de problemas, en la capacidad de atención y especialmente en la proyección de inversiones. Al menos esos son los compromisos.
A partir del próximo 12 de septiembre, comenzará una nueva etapa en la vida política, social y económica de Zacatecas. Se habrán acabado para entonces, los tiempos de dispendio, snobismo y de las relaciones intrascendentes para los ciudadanos. Comenzará, con toda seguridad, la etapa de la cercanía, del contacto directo y respeto a los ciudadanos.
La etapa que ya se comienza a dibujar a partir del próximo días 12 de septiembre, se marcará por el ejercicio de diálogo político, inversión social y lograr una nueva conexión entre el gobierno y la sociedad. En síntesis, se trata de que en poco tiempo, vuelva a haber confianza de parte del ciudadano respecto de sus gobernantes.
Para los más escépticos de que las cosas cambien, hoy por lo menos existe la garantía y seguridad de que nadie del gobierno que termina repetirá en sus encargos. También hay certeza de que el gobernador electo, parece que ya acordó con el titular del poder ejecutivo federal lo relativo a las delegaciones federales, donde se apuntan relevos que seguramente refrescarán las instituciones en la entidad.
Una tarea importante que se ha impuesto el gobernador, y eso apunta confianza y credibilidad, es que mantiene una comunicación frontal y directa con los zacatecanos. No tiene sed de venganza o revancha, pero si necesidad de aplicar la ley, con todo lo que eso signifique. Esta decidido a reconstruir la comunicación del gobierno con la sociedad y abanderar, por supuesto, las causas sociales. Esos fueron sus compromisos.
Más allá de las necesidades sociales de generar inversiones que propicien la apertura de nuevas fuentes de empleo, para que el gobierno de Alejandro Tello pueda dar confianza desde el primer días, se debe empeñar con consolidar acciones de trabajo entorno a la transparencia, el combate a la corrupción e impunidad, acreditar su capacidad de gobernar y rendir cuentas; cumplimiento de la ley en todas sus expresiones y la determinación del gobernante de construir una nueva y moderna relación entre el gobierno y la sociedad.
Si logra esos factores seguramente sus cinco años de gobierno serán los más sólidos y fuertes; de lo contrario, la sociedad habrá de pasar una factura muy alta que será difícil dimensionar.
Todo lo anterior se considera debido a que Alejandro Tello Cristerna estará tomando la decisión de los perfiles que lo habrán de acompañar en su gobierno. Por todo ello, el nerviosismo entre los distintos actores crece, pero parece que muchas de las decisiones están tomadas, sólo es cuestión de esperar.
