Por Hannia Novell | Opinión
El 11 de mayo de 2012 surgió el movimiento #YoSoy132 que puso en riesgo el regreso del PRI a Los Pinos.
En un evento de campaña, Enrique Peña Nieto se presentó ante la comunidad de la Universidad Iberoamericana que lo cuestionó fuertemente sobre sus relaciones con la lideresa magisterial, Elba Esther Gordillo, y con Televisa, así como por su gestión como gobernador del Estado de México.
El entonces candidato presidencial del PRI tuvo que esconderse en uno de los baños de la institución y salir por la puerta trasera, entre gritos y reclamos. Fue aquella una tarde negra.
El año pasado, sin una convocatoria ex profeso, los jóvenes se constituyeron como un ejército que se organizó para apoyar a los damnificados por el sismo del 19 de septiembre.
Así demostraron que esta generación no sólo vive en un mundo virtual; que sus expresiones no se limitan a sólo 280 caracteres y que, pese a no verse interesados en la política, más bien la ven desde otra ventanilla: la de las redes sociales.
Por eso, hoy existe gran inquietud sobre el papel que jugarán en los comicios de este año. ¿Los millennials definirán al futuro Presidente de la República? Es difícil saberlo y mucho dependerá de la oferta que les presenten los candidatos.
De acuerdo con el Registro Federal de Electores, hay 25.6 millones de jóvenes de 29 años o menos inscritos, lo que representa casi el 29 por ciento de los 87.7 millones de electores registrados en la lista nominal. De ellos, unos 14 millones ejercerán su derecho al voto por primera vez.
El Instituto Nacional Electoral (INE) ha realizado estudios sobre la participación juvenil en los comicios de 2012 y 2015. Hace seis años, el promedio nacional de participación fue de 62 por ciento, aunque la población de entre 20 y 29 años que acudió a las urnas fue de 53 por ciento.
En 2015, en las elecciones intermedias, el promedio nacional de participación fue de 47.9 por ciento, mientras que el 41 por ciento de los jóvenes de 18 y 19 años ejercieron el derecho al voto. Sin embargo, de la población de entre 20 y 24 años, sólo acudió a las urnas el 38 por ciento, y el 35 por ciento de quienes tenían entre 25 y 29 años.
¿Cuál ha sido su comportamiento? De acuerdo con el Instituto Mexicano de la Juventud (Imjuve), “el voto juvenil es el más volátil; no tiene tan firmes sus preferencias como un elector de mayor edad; puede cambiar de manera repentina, y mucho de lo que decida estará influido por la información que reciba a través de sus redes sociales”.
Además que en este sector se concentra el desencanto que existe con la clase política por los escandalosos casos de corrupción de gobernadores y legisladores de todos los niveles y partidos.
Según en Imjuve, los jóvenes mexicanos “se mueven por causas más que por intereses” y el ejemplo más claro fue su respuesta tras los sismos que golpearon a la Ciudad de México y otras entidades del país el pasado mes de septiembre.
Así que los partidos políticos y los candidatos que quieran conectar con este sector tendrán que abrazar sus causas. En un estudio, el organismo detalló que para quienes tienen entre 12 y 15 años, lo más importante es que existan lugares deportivos y de esparcimiento; para los que tienen entre 15 y 18, entrar a la preparatoria y tener becas para continuar sus estudios; para los de 18 a 22, tener un espacio en la universidad y oportunidades de estudiar en otra ciudad o país.
Finalmente, para los de 22 en adelante, la preocupación principal es el tema laboral y las oportunidades para emprender un negocio y tener una vivienda propia.
Además, los políticos deberán hacer llegar sus mensajes a través de las herramientas digitales. De acuerdo con la Primera Encuesta a Usuarios de Servicios de Telecomunicaciones, aplicada en 2016 por el Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT), 85 de cada 100 jóvenes de 18 a 24 años usan Internet. De estos, 88 por ciento lo hace para ver sus redes sociales y 67 por ciento están conectados todo el día.
Ahí los temas y ahí los medios. Aunque lo más importante es que quienes aspiren a algún cargo de elección popular sean consistentes. Hoy, un “Big Brother” juvenil los estará vigilando de manera permanente a través de Facebook, Twitter, Instagram y las demás redes sociales.
La moneda está en el aire y veremos este 1º de julio si los millennials serán quienes definan a quien conducirá las riendas de México en los próximos seis años.