Zacatecas hizo el 1-3 con las figuras de María de Jesús Ruiz Acuña y Nubia Alejandrina García Bárcenas en el Nacional Juvenil de Atletismo Nuevo León 2017, gracias a las estrategias empleadas por sus entrenadores Gerardo de la Torre Rodríguez y Ramón Díaz Reyes.
La seleccionada nacional mexicana con la dirección técnica del “Patito” De la Torre, se postró en la cúspide de la clasificación general al cronometrar 16 minutos con 55 segundos, por 18´04” de Alma Delia Cortez del Estado de México y 18´13” de la fresnillense.
Como ha sido característica primordial de María de Jesús Ruiz Acuña a lo largo de su carrera deportiva, pero ahora, con mayor experiencia adquirida, desde la salida marcó el ritmo, que a la postre no pudieron sostener sus oponentes en la pista atlética del Centro de Alto Rendimiento “Niños Héroes” de Monterrey, Nuevo León.
Fue el propio entrenador Gerardo de la Torres Rodríguez, quien se encargó de colgar la presea dorada en el cuello, en señal de reconocimiento, no solamente para la atleta, sino también para el hombre que planifica cada sesión de entrenamiento.
La preparación física, técnica, táctica y psicológica que realizan día con día, una vez más deja grato sabor de boca al binomio deportista-entrenador, pero también a la sociedad zacatecana que está al pendiente del máximo evento deportivo en el país, concentrado en Olimpiada Nacional y Nacional Juvenil.
El esfuerzo y sacrificio tiene su recompensa y, por enésima ocasión, María de Jesús Ruiz Acuña y Gerardo de la Torre Rodríguez, dan lustre y orgullo a su patria chica, cambiando incluso, la convivencia familiar por intensas jornadas de entrenamiento.
Con ello, se suma a la lista de medallistas de oro en Nacional Juvenil 2017, en donde Ariel Andrés Molina Macías escaló lo más alto del podio en natación dentro de la especialidad de 200 metros estilo dorso, además de conquistar plata en 100 metros de la misma modalidad y bronce en 200 libres.
Por su parte, Diego Alejandro López Acosta en triatlón, también puso en alto el nombre de Zacatecas con extraordinarios sacrificios, no solamente en materia académica y familiar, sino también de otra índole.
El bañó de oro cuesta y cuesta demasiado, nada comparable con lo que se pueda leer o escribir y bajo esa conceptualización, María de Jesús Ruiz Acuña vuelve a escribir su nombre con letras doradas en 5 mil metros planos y espera repetir la hazaña en 3 mil.
Todo eso es motivo de satisfacción, no solamente para la deportista y entrenador, para familiares y amigos, autoridades deportivas y sociedad en general, pero también para quienes vemos el día con día, como sacrifican todo, ante cualquier inclemencia de tiempo.