Por: José de Jesús Reveles Márquez
Una gran parte de los educadores en el mundo cuando asumen la pedagogía como parte de la práctica social comprometida con la transformación de la sociedad, requerimos entender que la educación encierra en sí misma un carácter eminentemente político, que surge de la estrecha relación de la pedagogía con la realidad social.
A partir de ésta idea, el papel del Docente hoy en día, pa, es formar al nuevo ciudadano dentro de la diversidad cultural y étnica; para ello el docente no puede hacer concesiones a la sumisión y al racionalismo tecnocratico, por el contrario, se hace imprescindible un maestro que deje de ser contemplativo de la realidad y pase a ser un actor fundamental en la transformación social del entorno actual.
Es necesario entonces un maestro que rompiendo con el conformismo sea capaz de hacer de su actividad en el aula o fuera de ella, un espacio donde se profundice la confrontación de ideas para la búsqueda de una escuela más democrática con verdadero sentido de la participación, donde se impulse la creatividad y la innovación.
El Educador de hoy, puede desde una teoría de la liberación, ayudar al desarrollo del alumno en su aspecto social, intelectual y afectivo, haciendo de éste, un elemento socialmente comprometido consigo mismo y con sus semejantes.
No olvidemos que siempre ha existido, una relación dialéctica entre educación, política y poder, de manera que si deseamos la transformación de las sociedades injustas, una de las vías a seguir para lograrlo, sería estudiar a fondo y adecuar lo necesario las huellas de Paulo Freire y de Ernesto el CHE Guevara.
Por ejemplo, el pensamiento de Paulo Freire, se afina en cada palabra y en cada acción al asumir que “el proyecto pedagógico se crea como objeto de ubicar a las vidas dentro del aula, y de emplear el conocimiento y la transformación como armas para cambiar el mundo. Desde la perspectiva del lugar social que ocupan los condenados de la tierra, llega a ser claro que el solo conocimiento, como lo propone la escuela, no transforma la vida. Sólo la conversión del conocimiento en acción puede operar ese cambio”
Mientras que la pedagogía de Ernesto el CHE Guevara, aunque radical, era tan pertinaz como su marxismo; ésta pedagogía nunca sumisa, ante todo fue un maestro revolucionario y un ejemplar pedagogo internacionalista de la práctica revolucionaria.
El pensamiento de estos y de otros pensadores progresistas se inscriben en la llamada pedagogía critica, la cual requiere ser menos informativa y más práctica, que privilegie una pedagogía basada en las experiencia vividas por los alumnos, donde se conecte orgánicamente con una visión y una práctica social, una pedagogía que se fundamente en una teoría de carne y hueso, en la que se practique una ética multicultural, que se viva en las calles, en lugar de que se le reduzca simplemente a la costumbre de seguir de manera lineal un programa académico de tipo memorístico y poco transformador.
En conclusión necesitamos a profesores que se comprometan con la pedagogía crítica para la educación multicultural donde se estimule la sensibilidad afectiva del estudiante, así como dotarlos de un lenguaje de análisis social y de crítica cultural a fin de poder encontrar las soluciones a las grandes problemáticas del actual entorno, social, cultural y político.
Es por eso que con una buena pedagogía… ¡HASTA LA VICTORIA SIEMPRE!
Agradezco de antemano la atención prestada al presente. Espero que haya sido de su interés; no sin antes decirles que ¡VIVA LA VIDA!
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