El panorama económico ahora y en los próximos meses es complicado, volátil y más incierto a partir del resultado de la elección en los Estados Unidos. Por ello Banco de México tomó la determinación de aumentar por cuarta vez en el año sus tasas de interés, 50 puntos base para colocarla en 5.25 por ciento.

El “efecto Trump” se hace visible al leer el comunicado del banco central: “Si bien todavía es difícil identificar los elementos específicos que definirán la postura de política económica que tendrá Estados Unidos en su relación bilateral con nuestra nación a partir de 2017, los riesgos que ello implica han tenido un impacto importante en los mercados financieros nacionales…”.

Así se busca cumplir con objetivos específicos a corto y mediano plazo:

– Reduce la demanda agregada al desincentivar la inversión y el consumo, lo que aumenta el ahorro de las personas.

– Se limita la cantidad de dinero disponible en la economía, con lo que el nivel de precios disminuye.

– Sirve para mantener el atractivo de la deuda mexicana, así como los flujos de capital extranjero hacia el país.

En suma, si bien no se espera un impacto inmediato, se intenta afectar el ritmo de crecimiento, desacelerar el consumo al deteriorar la capacidad de pago de los consumidores y de las empresas.

También hay que tomar en cuenta que se busca incidir en la cotización del peso frente al dólar, a tal grado que con cierto optimismo de los expertos financieros, pudiera volver a los 18 pesos. Así se evita que a los productores de bienes en México que necesitan materia prima valuada en dólares, les pegue que suba tanto; y es que al final ese aumento en sus costos se reflejaría en los precios, el objetivo último de Banxico.

Lo que se verá en los bolsillos de los consumidores:

– Si una persona adquiere un crédito bancario, la tasa de interés de referencia determinará cuánto se deberá pagar de interés por usar, por ejemplo, una tarjeta de crédito.

– Al incrementar el valor del dinero, los créditos se encarecen y se hace más atractivo el ahorro.

– Los créditos vigentes a tasa fija, no sufren ningún cambio.

– Los inversionistas extranjeros tendrán la tranquilidad o la intención de venir a México a invertir, porque al subir la tasa de interés, sus retornos serán mayores.

En lo político, también hay señales importantes:

– México se muestra como una nación prudente, responsable y que actúa en consecuencia ante el panorama volátil y de incertidumbre.

– Banxico es independiente a las decisiones de la Reserva Federal de los Estados Unidos, pues se adelantó a lo que pudiera determinar en semanas.

– La presidenta de la Fed, Yanet Jellen, dijo que en un tiempo “relativamente corto” se consideraría un aumento. Aquí ya se hizo.

En conclusión el aumento a las tasas funciona como una variable de ajuste ante un contexto de aversión al riesgo internacional, algo que sucedió en el 2016, pero que se busca reducir en 2017, el año que Donald Trump toma posesión como presidente de Estados Unidos.

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